sábado, 18 de diciembre de 2010

SIN CABEZA



(En Diciembre de 2010, este poema obtuvo la Mención Especial en el 8º Concurso de Poesía, Cuento y Narrativa del ROTARY CLUB (República Argentina)



En la luz de París, hacemos noche
y en esa luz hacemos el amor..
El descanso llega y una lluvia persistente
abre paraguas rotos en todos los semáforos.
Salimos,
y vos, pintor de mis paisajes y escultor de manos sabias.
tomás mi cintura por asalto.
Con pies de papel, esquivamos charcos en veredas,
y saltamos canteros regados con algo parecido al agua bendita.
El Louvre está desierto,
los turistas desaparecieron.
Estamos solos.
Una escalera al cielo espera nuestros pasos,
y en el rellano final
me descubro en la Victoria de Samotracia.
Eternamente anclada a tu navío y con enormes alas desplegadas en un vuelo postergado para siempre.
Mi cabeza se perdió en un marasmo de luchas imposibles.
Este cuerpo ya no la quiere, porque se acostumbró a no padecer sus locuras.
Es mediodía, no llueve,
la luz de París secó canteros y veredas.
Volvemos al amor.
En la cartera, una fotografía mía clonada en una postal de la estatua
nos espía desde un tronco sin cabeza.

ALICIA CORA FERNÁNDEZ

domingo, 14 de noviembre de 2010

DESPUÉS, MÁS TARDE…


No te acongojes más por lo que has hecho;
Fango y espina tienen fuente y rosa.
William Shakespeare


Quieta y dormitando sobre un ovillo de sueños,

descansa después del último viaje.

Permitió que los sentimientos la tapiaran,

saltó charcos de plomo, cruzó rieles de fuego,

avanzó sobre filos de navajas,

respetó opiniones y sepultó certezas.

Como en comunión, creyó hasta caer en el aljibe de la mentira.

Olvidó caminos hechos para inaugurar picadas en la selva.

De lábaro libertario se transformó en bandera blanca vencida.

No hagas ruido, no la despiertes,

tal vez ese sopor la redima.

Después, más tarde,

acercáte despacio y poné tu mano en su lomo de gato virtual.

Hacé que tu sombra se acomode a la suya,

moldeá con caricias de luz sus tinieblas.

Enseñále a ser feliz,

contále de tu mundo e invitála a entrar en él.

Suspendé para siempre su fuga

ponéle tacos altos y una capelina de estrellas.

Alfombrá tu casa con plumas de gaviota.

Encendé un sahumerio de sándalo

y usá su boca de pebetero.

Me callo, está despertando.

y quiero dejarte a vos la tarea de abrirle los ojos a mi alma.

ALICIA CORA FERNÁNDEZ

sábado, 26 de junio de 2010

CORAZONES DE HUMO


Tengo las manos cargadas de sueños,
esos imposibles, que poco a poco voy cargando en la mochila.
Hoy decido partir porque el coraje abandonó mi corazón.
y nada ni nadie me retiene.
Veo cerca de mí un montón de hojas en blanco con los invisibles dibujos
de esas risas que no nos atrevimos a reír.
Escucho el silencioso sonido de los besos que no dimos,
y el aire cargado con todos los suspiros abortados, está atenazando mi garganta
La oficina queda a oscuras, apago la última dicroica,
y es mi encendedor la luz del escape.
Ayer,
él, era el recurso que en la calma,
prendía mi cigarrillo después del amor
y una lluvia de humo en corazones blancos
se arrojaba sobre nosotros,
convirtiendo la simple ceremonia de fumar en un rito mágico.
Ahora,
yo puedo recordar tu voz diciendo Hasta Mañana,
y vos sentirás hasta el último día de tu vida
mis dedos dibujando un Te Amo en tu espalda cansada.

lunes, 19 de abril de 2010

VIAJO A EUROPA


Los dejo por unos días, no me extrañen mucho o si, extráñenme como yo a ustedes.
Me voy a Europa con mi esposo y cuando vuelva les prometo que voy a traer fotos y me inspiraré para escribir poesías con los oídos, los ojos y la voz puestas en la cuna de la civilización. Hasta pronto y besos, besos, besos.

domingo, 11 de abril de 2010

FELICIDAD EN UNA NOCHE DE ABRIL


Todo hacía suponer que lo maravilloso vendría después, mucho después.
Los patrones de conducta mutilaban las ansias.
La libertad era sólo un reflejo a la distancia y se obtenía con una libreta roja en la mano.
No, a la libertad de poder elegir con quién, cuándo y dónde conocer el amor.
No, por el no mismo; sin explicaciones.
Algunas, como yo, acataban sin dudar, sin pelear, sin discutir, sin cuestionar.
Las otras, las llamadas ovejas negras o descocadas
se rebelaban y la felicidad les cantaba melodiosamente al oído.
Las que obedecíamos a ciegas, nos enamorábamos,
con los deseos y las ansias murmurando y rumiando en el corazón y en el cuerpo.
Firmábamos un compromiso de sangre y de papel.
y le entregábamos a él todas las primicias como premio a la espera.
Dudosa espera la suya, él no esperaba, era hombre,
y sus acciones eran las lógicas del macho guía de majada de mujeres ovejas.
Miro a lo lejos y me veo en la iglesia,
con mi vestido indudablemente blanco como un vellón, esperando al amor.
Ahora a cuarenta y seis años de ese día,
no quiero ni me interesa justificar la espera,
pero de algo estoy segura,
sigo enamorada como esa noche de Abril, en la que deje de ser oveja para convertirme en mujer.

ALICIA CORA FERNÁNDEZ

domingo, 14 de febrero de 2010

"ELLA"


28 de julio de l956…

Tarde de lluvia, casi anocheciendo; la casa está en silencio y YO estoy en silencio.
La brisa otoñal se va transformando en un viento frío y molesto, que parece gozar golpeando las pocas flores que aún sobreviven mezcladas entre el césped.
Cada árbol sugiere con su sombra que son parte de un ejército fantasma con los brazos alzados hacia el cielo como incitándome a la lucha que ya perdí.
El invierno está muy cerca, faltan pocos días para que con su llegada me cuente del frío que trae consigo, sin saber que mi clima interior lo supera ampliamente.
Los pájaros que cantan desde el amanecer han vuelto a sus nidos.
Estoy sentada en la mecedora que también se acomoda al paisaje y suavemente me va hundiendo en un sopor casi placentero.
El abrigo de una manta sobre mis piernas me da el perfecto calor que necesito.
Antes de sentarme en el porche, corrí las cortinas del living, encendí la vieja lámpara de bronce y ordené las releídas revistas en la mesita ratona.
Ahora y en esta hora, todo el parque es mío, soy la dueña absoluta de mi vida, de mis actos y de mi soledad.
Pronto llegarán las ranas, croando sin cesar y saltando a mi alrededor, pero no las voy a escuchar.
El silencio es total, tampoco escucho tu voz, no me embeleso con tus canciones en inglés, no aturde mis oídos ese chiflido con los dos dedos dentro de tu boca con el que me llamabas cuando estaba lejos.
Desde ayer y para siempre mis recuerdos están vacíos de vos.
Sonidos queridos los tuyos, quizás esten escondidos en el pequeño monte de pinos que se ve a lo lejos.
La radio, mi compañera inseparable calló su voz a pesar de que la tarde anterior a tu partida le cambiaste las pìlas.
Pienso que tal vez tenga fuerzas para escribir lo que me pasa y después alguien pueda leer mis líneas.
Armo con la mesita del desayuno un improvisado escritorio.
Hojas en blanco, sobre y lapicera y en un rinconcito, justo ahí, tapada por un pañuelo está ELLA.
Tu adiós fue cortante, inesperado y doloroso.
Excusas todas, verdades ninguna.
Que estabas confundido – Que necesitabas tiempo para pensar – Que no querías hacerme daño – etc. etc. etc.
Las verdades las sé YO: Otro amor – Otra dicha – Otras expectativas.
Tus planes conmigo no existieron, existen ni existirán.
Tus planes con la otra: todos los posibles y todos los imposibles.
El último rayo de sol se cuela por debajo del pañuelo y ELLA me hace un guiño cómplice.
Voy a guardar en el sobre todas estas palabras para que en el futuro muestren solamente la huella de mis lágrimas.
No quisiera manchar de rojo el blanco papel en el que escribo. Ahora, te tocará a vos imaginar lo que sigue después de cerrar el sobre.
Ah, me olvidaba ---Te amé, te amo y te amaré --- Tuya siempre, YO.
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Nota: El día 29 de julio de 1956 se publica en el Diario local la noticia del suicidio de la dueña de la Estancia “Los Trigales”, acaecido en horas del día anterior.
El cuerpo fue hallado por el capataz de dicha Estancia.
La occisa tenía aferrado a su mano izquierda un sobre dirigido a su esposo y en la mano derecha
empuñaba una brillante pistola con el nombre ELLA grabado en una de sus cachas.

ALICIA CORA FERNÁNDEZ

martes, 19 de enero de 2010

HAITÍ



Se huele y el aire me devuelve olor a muerte.
Se siente, y mi alma grita de dolor por no saber dónde queda la misericordia.
Se palpa, y mis manos llenas de polvo y sangre, están queriendo atrapar la redención.
Se ve, el paisaje es negro, como una noche eterna llena de fantasmas.
Se oye, y la letanía de un ruego multiplicado por cientos se transforma en réquiem.
Se huye, y no es cobardía, es simplemente un loco desvarío hacia la nada.
Se pide, y a pesar del hábito de hacerlo, esta vez un sonido gutural atraviesa mi garganta seca.
¿Cómo se vuelve a la felicidad?
¿En qué recodo de la vida el gozo por vivirla está escondido?
¿Será cierto este desconsuelo y este imposible reencuentro con mis raíces intactas?
y
¿Dónde encuentro a Dios para decirle que necesito su mano, para calmar tanto dolor?
Estoy desposeído, vacío y hueco en un paisaje ajeno a mí.
No sé si el próximo NN seré yo.
Estoy muy cansado, tengo sed y hambre.
Hace ya muchos días que no duermo.
Ahí, cerca de lo que fue mi casa, está la silla de mi abuela.
Tal vez y a pesar de sus patas rotas, me de descanso.
O se transforme dentro de mi pesadilla en la silla eléctrica que me redima.

ALICIA CORA FERNÁNDEZ

domingo, 10 de enero de 2010

AL...



Ni ayer ni mañana,
hoy, es el momento perfecto para recordarte.
Por vos, mi primer poema a los trece años fue cierto.
El corazón inventaba latidos nuevos,
todas las noches se adornaban con un sol de fuego
y los días prendían en los árboles lunas plateadas.
Lo verdadero parecía mentira y lo falso era verdad.
Un viaje a la laguna de Punta Lara ayudó al abrazo y al beso.
Las bicicletas de la tardes transportaban en su grupa,
sueños adolescentes con causa y sin lógica.
A veces no me veías y a veces yo era tu reina.
Fuiste el despertar y ahora entrás en el cono de sombras del olvido
Hace mucho tiempo ocupamos un bote sobre el agua quieta,
desde hace una semana sé de tu muerte
y tu recuerdo se hunde irremediablemente como el Titanic,
el glaciar te recibe
y yo sigo a flote dibujando tu nombre sobre el hielo.

ALICIA CORA FERNÁNDEZ