No quiero que me leas por compromiso.
No quiero que comentes mis poemas con hermosas palabras dictadas por tu amistad.
No quiero que seas piadoso al leerme.
No quiero que me des tu voz en halagos.
Quiero tus palabras sinceras de crítica sana, la piedad es lo peor que le puede suceder a un poeta y por eso pido tu franqueza.
Y finalmente quiero que tus comentarios partan de tu alma a la que previamente tendré que haber conmovido.
Gracias por ser mi amigo.