La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
y nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Walt Whitman
El colectivo me deja justo en la
esquina, no me arrima a la vereda.
Una oscura zanja me salpica y
siento mis pies mojados.
Me seco como puedo, y comienzo a
caminar.
La tarde está en agonía y la noche curiosea
con su nariz de luna
haciendo sonar sólo para mí cascabeles
de estrellas.
Pasa gente a mi lado, no me mira ni
la miro, sólo sé que pasa.
Mi cabeza ya caviló lo necesario y
reprogramó mi futuro.
Dejé atrás horas de insomnio,
dudas,
soledades pintando las mesas de
todos los bares posibles.
Renuncio al reloj porque ya no me
interesa su exactitud.
Me siento cerca de la ventana en el
último bar que conocimos
y la luna sigue jugando en la
vereda con ese árbol añoso que se resiste a morir.
Estás llegando a mí, y tu sonrisa
hace que el día se adueñe de la vida.
Sobre la mesa, dos copas de vino
esperan nuestro brindis,
y los cascabeles de estrellas
acunan mis nuevos sueños..
Ahora, al alcance de tus manos,
estoy yo,
esperando tu milagro, siempre
esperando.
ALICIA CORA FERNÁNDEZ
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