sábado, 22 de marzo de 2008

ALFOMBRA DE LÁGRIMAS



Era el tiempo de Pascuas,
caminé por el campo, deseando hallar descanso,
la hierba fresca y húmeda,
debajo del olivo, se ofreció como alfombra.
Al sentarme noté que el árbol sollozaba,
quise saber porqué y apenas agitó algunas de sus ramas.
…”Escúchame viajero,
la historia es muy antigua,
y la vivió otro árbol, de esos, de mi casa.
Un día muy glorioso, saludó con sus brazos,
a un hombre que fue todo,
puro en su cuerpo y en su alma,
Lo llenó de frescura,
y aromó sus pisadas.
Poco después, el árbol, ese mismo, el de mi casa,
supo de aquél martirio,
en el monte cercano,
y ya no tuvo sentido,
alegrar con sus ramas
o aromar los caminos sembrados de pisadas.
Fue justicia de hombres,
la que marca una espada.
La cruz se vió rodeada de ramas inclinadas,
del olivo que otrora reía y no lloraba.
Con el paso del tiempo,
los olivos no ríen,
están fijos al campo,
con su copa agobiada,
ofreciendo al viajero
una alfombra de lágrimas.

ALICIA CORA FERNÁNDEZ

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