sábado, 6 de septiembre de 2008

LA LUZ DE MI SOMBRA


Estoy parada en esta elegida soledad,
con los vientos en calma el aire se respira más puro.
Tu recuerdo ya no acelera los latidos de mi corazón.
Aquellos aguaceros de mis lágrimas cumplieron su labor
secando los brotes de los rosales.
Creo haber dejado atrás todas las tempestades.
Soporté estoicamente tu lanza de guerra,
y ahora sé que es inútil sostener en mi mano la pipa de la paz,
no la fumamos juntos, y eso ya no me angustia.
En el lugar donde miro al sol y se me achinan los ojos cegados
hay una silueta que asomada dice presente.
Trato de ver y pongo mis manos en visera
Allí está, es la luz de mi sombra
que en un atisbo de coraje se funde a mi cuerpo
y me devuelve las ganas de ser otra vez yo.

ALICIA CORA FERNÁNDEZ

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre nostalgica Alicia . Es una poesia cuyo final me gusto mucho porque tambien esta la esperanza . beso Lia

Anónimo dijo...

Hermoso poema, Alicia. Un grito de angustia que conmueve. Besos de baby

Gustavo Tisocco dijo...

La esencia está en ser uno.
Un abrazo Ali, Gus.