domingo, 24 de abril de 2016

LUNA KABUKI


Gateando en puntas de luna trepo por las sombras de la noche,
ato mis brazos con sogas invisibles y ahí, colgando como una marioneta sin titiritero
me balanceo en la incansable tarea de espiarte.
Mis dos caras forman parte de un cortejo fantasmal.
Una, se muestra maquillada con arroz para el kabuki de la farsa,
las pestañas pintadas en kumadori mojado en los sueños truncos.
La boca sin besos se desdibuja en muecas congeladas,
esa pintura blanca me ayuda a tapar cicatrices, arrugas y dudas.
Ahora, mi cara de luz prestada se apaga con la llegada del sol.
La otra, la verdadera, asume errores y palabras pronunciadas a destiempo.
Vuelvo a ser yo, la que insiste en repetir equívocos, la que no aprende,
la que no puede dejar de torturarse y sigue dudando la certeza de tu amor.
Cuento las horas que faltan para renovar el maquillaje kabuki.
para zambullirme en el mar de tus ojos color promesa.
El negro kumadori me ayuda a pintar un graffiti con palabras de arrepentimiento,
ojalá pueda alcanzarme la infinita dimensión del cielo.



ALICIACORA FERNÁNDEZ

CASCABELES DE ESTRELLAS




La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
y nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Walt Whitman


El colectivo me deja justo en la esquina, no me arrima a la vereda.
Una oscura zanja me salpica y siento mis pies mojados.
Me seco como puedo, y comienzo a caminar.
La tarde está en agonía y la noche curiosea con su nariz de luna
haciendo sonar sólo para mí cascabeles de estrellas.
Pasa gente a mi lado, no me mira ni la miro, sólo sé que pasa.
Mi cabeza ya caviló lo necesario y reprogramó mi futuro.
Dejé atrás horas de insomnio, dudas,
soledades pintando las mesas de todos los bares posibles.
Renuncio al reloj porque ya no me interesa su exactitud.
Me siento cerca de la ventana en el último bar que conocimos
y la luna sigue jugando en la vereda con ese árbol añoso que se resiste a morir.
Estás llegando a mí, y tu sonrisa hace que el día se adueñe de la vida.
Sobre la mesa, dos copas de vino esperan nuestro brindis,
y los cascabeles de estrellas acunan mis nuevos sueños..
Ahora, al alcance de tus manos, estoy yo,
esperando tu milagro, siempre esperando.


ALICIA CORA FERNÁNDEZ

AQUÍ ESTOY, DE PIÉ...

Hace tres años largos que callé mis letras, no por falta de ganas. sino por una razón muy simple, elaboré mi duelo como supe y como pude. 
Hoy, mi corazón sigue herido de muerte, pero sabe que tengo que seguir por lo más maravilloso que conseguí en mi vida, MIS HIJAS y MIS NIETAS. 
A ellas, mi eterna devoción y amor.
A mis hijos políticos, que a esta altura de la vida se transformaron en hijos, también les doy mi corazón.
A mis hermanos y toda su hermosa familia, por hacerme saber que están contra viento y marea, mi amor incondicional.
A mis amigos, consecuentes, amorosos, compinches, infaltables salvavidas en mi naufragio, mi cariño de siempre y para siempre.
Quiero seguir escribiendo, porque eso me mantiene viva.
Les pido que si me leen, piensen que en mis poemas estoy yo, y quiéranlos como pienso que me quieren a mí.
Gracias por leerme.
ALICIA